Mauro, Alba y Ángel no se conocen entre sí, pero sus vidas están mucho más relacionadas de lo que parece. Seremos testigos de algunos momentos muy concretos de sus historias personales, y aunque parece que ocurren más o menos simultáneamente, pronto descubriremos que no es así y que las escenas no siguen un orden cronológico estricto.
Mauro entra en un bar al reconocer en él a alguien de su pasado reciente, con quien tuvo un encuentro que aún siendo efímero, todavía perdura en su memoria. Ángel está a los pies de la cama de un hospital donde alguien permanece en coma. Alba intenta disimular en un restaurante, intentando ocultar el pensamiento que le taladra la cabeza: ¿por qué la vida la pone a prueba Ahora?
El Fin les alcanzará en un after improvisado donde los 3 por diferentes motivos quieren olvidar un accidente que ha tenido lugar recientemente, en el que un coche atropelló a un niño y se dio después a la fuga
Serán los espectadores los únicos que podrán juntar las piezas para entender qué pasó y qué es lo que les une. Aunque para entonces, con el sonido del fin del mundo abalanzándose sobre ellos, ya no tenga mucho sentido. O quizá precisamente por eso, sea lo único que lo tenga.
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