El pasado curso de INTERPRETACIÓN Y CREATIVIDAD que se desarrolló durante dos meses en la primavera de 2012, se convierte en un excelente punto de partida para la oferta formativa que la FETAM lanza para el próximo ejercicio 2012/2013.
¿Cómo no va a ilusionarse uno ante una experiencia como ésta?
La Federación decidió cerrar la temporada con un taller de primavera: para llevarlo a cabo, una vez más, pusimos lo mejor de nosotros mismos. Lo que no sabíamos era que el resultado iba a mejorar todas nuestras expectativas.
La demanda de inscripciones superó todas las previsiones y, a los pocos días de abrir la convocatoria, las plazas ya se habían cubierto. Y lo mejor aún estaba por llegar… Había tantas ganas de hacer teatro en aquel grupo que el primer día de clase resultó sorprendente para todos, fue como accionar una máquina perfectamente ajustada. Al término de la primera sesión nos fuimos a casa con la sensación de conocernos desde hacía mucho tiempo. Desde un principio, el respeto y el cariño fueron el lenguaje común que conformó el carácter de este grupo.
Hubo momentos para el trabajo en grupo, para ver escenas por parejas, para encadenar improvisaciones colectivas… Cada uno tuvo ocasión de ir encontrando sus propias herramientas, así como sus propias dificultades; y en esa búsqueda contábamos con una importante ventaja: la de poder compartir estos descubrimientos con resto del grupo.
El taller estaba compuesto por participantes de diferentes edades y procedencias, también había diferentes grados de experiencia previa. Sin embargo, el nivel de implicación era el mismo en todos los casos: el máximo.
Volviendo la vista atrás tengo la sensación de que nos hemos esforzado en construir una experiencia viva capaz de enriquecerse con las aportaciones diarias de cada uno de los participantes.
Todos hemos compartido nuestros propios recursos así como nuestras necesidades, y por encima de todo hemos logrado el bien más preciado en un escenario: vernos envueltos en un ambiente de creatividad y libertad donde tanto equivocarse como acertar han sido claves para lograr nuestro objetivo.
El resultado de estos dos meses ofrece motivos para el optimismo: un proyecto formativo con el que ilusionarse y un grupo humano con un gran futuro por delante.
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