El 27 de noviembre, Teatro Independiente Alcalaíno aparta por breve espacio de tiempo las zarabandas y zanfoñas; gregüescos, jubones y sombreros; galanes, fregonas y zapateros del teatro breve cervantino para abordar, tras 82 años desde su estreno, Lo invisible, obra dramática de José Martínez Ruiz, Azorín, (1873-1967) en la sala ARLEQUINO (calle del Pintor Picasso,7), a las 20 horas.
La opción por los clásicos de nuestra literatura continúa siendo, hasta el momento, la línea de actuación preferida por este grupo de teatro que, en esta ocasión, apuesta por enfrentarse a la aventura de un reestreno; apuesta por ofrecer a su público una renovada lectura que aporte nuevos valores a esta pieza teatral organizada en torno a tres actos independientes.
El tema de Lo invisible es la urgencia de la muerte, planteada por el escritor alicantino como una batalla entre el hombre y lo sobrenatural, no por agobiante ajena a la belleza, y que tiene el mérito y el valor histórico literario de asomarse a la ventana de las vanguardias de los años veinte.
Luis Alonso suma a estas virtudes la de su moderno montaje escénico, que subraya con un aquel de halo misterioso, nutrido de numerosas sensaciones superpuestas: letanías, sonidos, claroscuros sobrecogedores y pone de relieve la continuidad y cohesión de las tres historias mediante un nuevo personaje.
Como curiosidad, diremos que Lo invisible fue estrenada en la Sala Rex, de Madrid, el 24 de noviembre de 1928 por el grupo El Caracol; dirigida por Cipriano Rivas Cherif, habitual colaborador de Margarita Xirgu y cuñado del complutense Manuel Azaña. En la representación intervinieron, entre otros, el propio Rivas Cherif y el mismísimo Azorín en el papel del Autor.
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